Son crecimientos anormales que se forman en el revestimiento interno del útero (endometrio). Aunque suelen ser benignos, en algunos casos pueden causar síntomas molestos o estar relacionados con problemas de fertilidad. Por ello, es importante identificarlos y tratarlos adecuadamente.
Los pólipos uterinos pueden ser asintomáticos, pero cuando presentan síntomas, incluyen:
- Sangrado menstrual abundante o irregular.
- Sangrado entre periodos o después de la menopausia.
- Dolor o presión pélvica ocasional.
- Dificultad para lograr un embarazo.
Aunque las causas exactas no siempre se conocen, los pólipos uterinos están relacionados con desequilibrios hormonales, especialmente con niveles altos de estrógeno. Son más comunes en mujeres de 40 a 50 años o aquellas con antecedentes de obesidad, hipertensión o tratamiento con tamoxifeno.
Para detectar pólipos uterinos, los ginecólogos pueden utilizar pruebas como ecografía transvaginal, histeroscopia y biopsia endometrial.
El tratamiento depende del tamaño, la cantidad y los síntomas de los pólipos. Las opciones incluyen: observación, extirpación mediante histeroscopia y medicamentos homonales.