Son sacos llenos de líquido que se desarrollan en los ovarios. Son comunes y, en la mayoría de los casos, no causan síntomas ni requieren tratamiento. Sin embargo, algunos quistes pueden crecer, romperse o causar dolor, y en raras ocasiones, pueden afectar la fertilidad.
Síntomas Comunes
La mayoría de los quistes ováricos no presentan síntomas, pero cuando lo hacen, pueden incluir:
- Dolor o presión en la parte baja del abdomen o pelvis.
- Dolor durante las relaciones sexuales.
- Ciclos menstruales irregulares o ausentes.
- Hinchazón o sensación de llenura.
Existen diferentes tipos de quistes ováricos, como:
- Quistes funcionales: Son los más comunes y se forman durante ciclo menstrual.
- Quistes dermoides: Contienen tejidos como cabello o piel.
- Quistes endometriósicos: Se desarrollan en mujeres con endometriosis y pueden causar dolor.
El diagnóstico de un quiste ovárico se realiza mediante una ecografía pélvica, que permite visualizar el tamaño y tipo de quiste. En algunos casos, puede ser necesaria una resonancia magnética o análisis de sangre para evaluar la función hormonal.
La mayoría de los quistes ováricos desaparecen por sí solos sin necesidad de tratamiento. Sin embargo, si un quiste causa dolor o complicaciones, las opciones incluyen los medicamentos, para reducir el dolor o regular el ciclo menstrual, y la cirugía, en casos graves o cuando el quiste es grande, se puede recomendar la extirpación del quiste.